A continuación, comparto algunas reflexiones sobre el modelo de examen de la asignatura de Historia de España para la PAU de la Comunidad de Madrid, curso 2025-2026. En el documento de abajo se incluye el examen propuesto, los criterios de evaluación y calificación de las preguntas, así como el programa o temario del curso.
Vayamos con las reflexiones:
1.- En primer lugar, voy a comentar sobre el modelo de examen proporcionado. El examen es, a mi juicio, considerablemente más difícil que incluso el que había antes de la pandemia. Para obtener una alta puntuación en todos los apartados, es necesario prepararse con profundidad un temario inmenso.
- Que no haya dos opciones de examen (A y B) es, en principio, positivo para el alumno, ya que evita la necesidad de leer todo el examen para decidir cuál opción podría ser más fácil. De esa manera, el alumno puede ahorrar tiempo y elegir en el momento que se enfrenta con cada modelo de pregunta, sin la posibilidad de confusión entre preguntas de distintas opciones.
- Sin embargo, el sistema de elección para desarrollar las cuestiones de los tres primeros bloques (Prehistoria/Antigua, Edad Media y Edad Moderna) no creo que sea una buena solución. El elegir entre sólo dos cuestiones de cada bloque hace que exista una desproporción significativa en la cantidad de contenido que hay que estudiar para obtener el mismo punto en el bloque de Prehistoria e Historia Antigua, que sólo tiene cuatro epígrafes, que en el de la Edad Media que tiene cinco o en Moderna, ¡que tiene nueve! Señores de la coordinación de la prueba, amplíen la oferta al menos en el bloque 3, permitiendo a elegir al menos un epígrafes adicional o, mejor, vuelvan a la posibilidad de elegir tres epígrafes cualquiera entre los seis ofertados. Aunque, siendo sincero, me gustaría que esta parte del temario fuera preguntada de otra manera.
- Veo bien que se haya aumentado el valor de la pregunta de análisis de fuente gráfica a tres puntos. Sin embargo, la obligación de que las preguntas de fuentes gráficas (3 puntos) y de tema/texto (4 puntos) sean de siglos distintos (XIX o XX-XXI) dificulta la posibilidad de descartar uno de los siglos como se hacía en otros tiempos. ¿Por qué no ofrecen las fuentes de distinto siglo y también el tema/texto? Sería de gran ayuda para facilitar el estresante estudio para la prueba de la PAU.
- Respecto al examen de muestra ofrecido, es preocupante que las fotografías seleccionadas como ejemplos sean tan poco representativas del panorama histórico del siglo XX. Estas imágenes que nos ofrece son meras excusas para abordar un tema y, realmente, no son sugerentes para hacer sobre ellas un análisis profundo. ¿No sería más interesantes incluir fotografías que tuvieran una un significado histórico más relevante? ¿No sería más didáctico, ya que es un examen muestra, ofrecer entre los ejemplos otros tipos de fuentes gráficas, como cuadros históricos, gráficos estadísticos, mapas, caricaturas o carteles? Con estas dos imágenesas, se desincentiva a los alumnos a elegir el examen de esta asignatura para la PAU.
2.- En segundo lugar, me gustaría reflexionar sobre qué habilidades se pretenden evaluar en los alumnos con este examen. Me voy a a hacer unas preguntas sobre los criterios específicos de evaluación y si con este modelo de examen de verdad se puede sacar conclusiones válidas. En este apartado voy a ser especialmente crítico con la comisión que elabora el examen.
- ¿Qué se busca evaluar con este examen? Al parecer, en esencia, se pretende que el alumno demuestre su capacidad para sintetizar un período o proceso histórico, que además utilice un lenguaje apropiado al estudio de la Historia y que "sepa" las referencias espacio-temporales en los que se desarrolla. Mi interpretación, tras años de docencia y de "sufrir" exámenes parecidos, es que se espera que los alumnos memoricen datos desde el hombre Atapuerca hasta nuestros días y los vomiten a través de síntesis de las síntesis... ¡hasta que todo lo que digan sea una píldora concentrada de datos sin sentido e inconexos! Pregunto a un lector medio y con conocimientos de la Historia de España ¿Sería capaz de resumir en 10-15 líneas cuestiones como "El Paleolítico y el Neolítico en la península ibérica" o "Sociedad, economía y cultura de los siglos XVI y XVII" sin caer en tópicos e imprecisiones? ¿Qué se pretende? ¿Que el alumno, que tiene que ver un temario desde Atapuerca a nuestros días, tenga la capacidad de sintetizar una información que sólo se podrá ver superficialmente? ¿Se pretende que se aprenda de memorieta unas formulas de respuestas y las recite como antiguamente se hacía con el catecismo? ¿No ha sido suficiente con "torturar" a los alumnos con ese temario inabarcable a lo largo del curso? Si realmente se quiere valorar que el alumno tiene la capacidad de sintetizar información, de usar correctamente un vocabulario histórico y de tener claros los contextos cronológicos..., ¿No debería hacerse sobre una información que domine? ¿No sería más efectivo trabajar con una muestra reducida del contenido del programa y con otra forma de cuestionar? Hay que hacer el programa abarcable para que nuestros alumnos se "enamoren" de la asignatura y no la vean como una carga odiosa. Hay que profundizar en los procesos históricos para que los alumnos entiendan el por qué estudiar nuestra historia.
- Soy un firme defensor de las preguntas del análisis de fuentes, pero si se quiere que el alumno realice análisis de fuentes gráficas y de documentos escritos ¿no deberían darse más valor a la explicación coherente de las fuentes y no, de nuevo, al desarrollo de un tema teórico que se propone como contexto? ¿No se podría mostrar mejor la comprensión de la labor de un historiador sobre las fuentes, haciendo una selección de temas e imágenes que permitieran profundizar al alumno sobre ellas?
3.- Por último, coincido con los profesores, que en las reuniones de coordinación del examen de estos días, han mostrado su preocupación porque, ante este panorama, no podemos competir con la asignatura de Filosofía. Las cifras de alumnos presentados por Historia y por Filosofía nos son abrumadoramente desfavorables. Si yo fuera alumno, también elegiría esta última asignatura para hacer el examen de la PAU, porque su temario es más reducido, el examen es más accesible y hay más posibilidades de obtener una mejor nota. Deberíamos tener presente que este examen es una prueba más que evalúa la capacidad de un alumno para acceder a la universidad, no el examen final de nuestra asignatura.
Pero eso no es lo más grave. Cuando el alumno enfrenta a lo largo del curso una asignatura tan exigente como la nuestra, que probablemente pocos elegirán para la PAU, es muy probable que termine desarrollando aversión hacia la Historia. Esta situación podría llevar a que, por "presión popular", la asignatura deje de ser obligatoria en 2º de Bachillerato. La falta de interés y la percepción negativa de la materia podrían afectar no solo a la enseñanza de la Historia, sino también a la formación integral de los estudiantes, quienes necesitarían comprender la importancia de su pasado para comprender su presente y futuro.
Es lamentable que los coordinadores generales de esta asignatura en la PAU no se percaten de todo esto. Puede que no esté en sus manos cambiar el programa o reducirlo, pero sí lo está la forma de preguntarlo.
¡Salvemos la HISTORIA DE ESPAÑA!
