Dando una respuesta escueta. La razón es que cada vez está más organizada la oposición al franquismo y la que más reivindicativa y activa es la sindical, sobre todo, por el crecimiento clandestino del sindicato Comisiones Obreras, vinculado al PCE. Ampliando la respuesta y entrando en matices. La respuesta es mucho más compleja. Desde el punto de vista laboral.
Precedentes y factores. Durante la década de los 60 se produjo el boom económico del desarrollismo y el traslado de mucha población del campo a la ciudad (éxodo rural). Al principio de la década lo que le importaba al que llegaba a la ciudad era conseguir trabajo como fuese, pero, según se fue consolidando el crecimiento, los trabajadores fueron siendo más reivindicativos de sus legítimos derechos y condiciones laborales (salarios, horarios, higiene, viviendas...). Los salarios eran bajos y las condiciones laborales eran pésimas pero eran mucho más bajos y peor su vida de donde venían, por lo que la legítima reivindicación sólo surgió en algunos sectores que siempre habían tenido una tradición de protesta como los mineros del carbón. Asturias en el año 1962 vive una serie de jornadas de protestas muy duras por las condiciones laborales y bajos salarios, que fueron la primera señal de que algo estaba cambiando.
Otros factores para entender el crecimiento de los conflictos en la década de los 60..
Con la apertura del régimen en el Desarrollismo.
1.-El activismo antifranquista piensa que el régimen se empieza a debilitar y utilizará la conflictividad social como el instrumento más eficaz de lucha política contra la dictadura.
2.-El crecimiento del sector industrial y de servicios de la sociedad española y la inutilidad social del sindicato vertical para mejorar las condiciones de los trabajadores hacen que poco a poco éstos confíen más en los sindicatos no oficiales. Las Comisiones Obreras independientes había surgido en los años 50 como una alternativa de reivindicación en las empresas entre aquellos obreros que querían mejorar sus condiciones y no se sentían representados por los afiliados al movimiento. El régimen las había tolerado pese a contar en sus filas con militantes filocomunistas, porque también en ellas estaban miembros de la Acción Católica y otros trabajadores descontentos sin aparente filiación política. Otros sindicatos como el socialista UGT o el anarquista CNT tienen más dificultades de implantación porque siempre esuvieron prohibidos bajo la dictadrura. En los años siguientes se constata que los sindicatos no oficiales cada vez tienen más apoyo entre los trabajadores de las empresas, sobre todo entre las generaciones más jóvenes que no han vivido la guerra. Las elecciones sindicales de 1966 los candidatos de Comisiones Obreras logran imponerse sobre los candidatos oficiales en muchas empresas.
3.- La respuesta del régimen se va a hacer cada vez más violenta para intentar aplacar las huelga y las protestas en la calle. La violencia policial durante estos años se traduce en cargas, muertos, detenidos y torturados que alimentará una reacción de solidaridad en el interior y en el exterior con las víctimas.
Los hechos relevantes sociales de los años 69 a 72.
Ante el crecimiento del sindicato Comisiones Obreras, en 1967 el régimen reacciona y lo ilegaliza y encarcela a sus líderes más importantes. La respuesta de Comisiones es combativa en todos los lugares donde tienen poder (fábricas, minas, construcción, transporte, universidad, asociaciones de vecinos...) por lo que el régimen declara sucesivos estados de excepción entre 1969 y 1971, que provocan numerosas detenciones y algunos muertos. Por ejemplo, en julio de 1970, tres trabajadores de la construcción en huelga murieron en Granada, y otros muchos resultaron heridos, como consecuencia de la actuación de la Policía Armada; en octubre la entrada de la policía en la empresa SEAT, en Barcelona, para desalojar a trabajadores en huelga ocasionó un duro enfrentamiento, con numerosos heridos y un trabajador muerto. Estas y otras muchas actuaciones policiales y las sanciones contra los huelguistas crean acciones de solidaridad entre otros colectivos de trabajadores, estudiantes y vecinos que se unen a la protesta El despido de cinco trabajadores de la factoría Citröen que reclamaban la jornada de 44 horas derivó en una huelga general que paralizó a la comarca durante semanas y en la que participaron más de 30.000 trabajadores en septiembre de 1972... Finalmente se detiene ese año a toda la cúpula sindical de CC.OO. (Marcelino Camacho y Julián Ariza, entre otros) y se inicia el llamado Proceso 1001 contra ellos.
A todo esto, hay que tener en cuenta además el contexto por parte del régimen. El dictador ha empezado a ceder poder por su avanzada edad y mala salud y designa a su sucesor. Hay un sector dentro del mismo gobierno que quiere apertura a un sistema político equiparable a Europa. De hecho, en 1971 se produce la primera petición formal de entrada en la CEE y se crean en el exterior muchos comités de solidaridad con los represaliados por el franquismo... La represión por parte del Estado, por tanto, es dura, pero no tan radical como para cortar de raíz las protestas como en décadas pasadas, entre otras cosas porque quiere ser admitida en Europa (un club económico de democracias) y porque la oposición ve la debilidad del régimen. Pese a todo lo expuesto, también hay que tener en cuenta que esta conflictividad social no constituyó en ningún momento una amenaza que pudiera provocar el colapso de la dictadura.