Introducción
Tras las elecciones de 1936, donde el Frente Popular (dirigido por Manuel Azaña y compuesto de republicanos, socialistas y comunistas) resultó vencedor, comenzó el nuevo gobierno del Frente Popular (de febrero de 1936 a julio de 1936). Durante este periodo, Manuel Azaña sustituyó a Alcalá Zamora como presidente de la República y Casares Quiroga empezó a gobernar como jefe del Gobierno. En el programa de este gobierno destacan reformas como la amnistía general a los presos de la revolución de 1934, la restauración de la Generalitat de Cataluña y la reanudación del proceso reformista agrario, religioso, social y militar. Todas estas reformas llevaron a una radicalización política, lo que incrementó la conflictividad social y los crímenes políticos, entre los que sobresale el asesinato de José Calvo Sotelo como venganza al asesinato de Castillo. Esto, sirvió como pretexto para el alzamiento militar dirigido por Mola, Sanjurjo, Franco y Goded, produciéndose de esta manera el golpe de Estado el 17 de julio de 1936, lo que daría comienzo a la Guerra Civil Española.
La sublevación militar se inició en Melilla, Ceuta y el Protectorado español en Marruecos el 17 de julio, y el 18 de julio se extendió a la Península. Franco voló desde Canarias a Marruecos para ponerse al frente del ejército de África. Mola se impuso en Navarra con ayuda de los requetés. Queipo de Llano dominó Sevilla y Cabanellas, Zaragoza. No obstante, la rebelión militar fue controlada tanto en Madrid (Fanjul) como en Barcelona (Goded).
¿Cómo fue el golpe de Estado en Madrid y que acontecimientos importantes tuvieron lugar?
La conspiración militar en Madrid
En Madrid se encontraba la principal concentración de fuerzas militares. Mola diseño el plan para Madrid confiando en tres generales: el general Fanjul, García de la Herrán y Villegas, el problema es que los tres estaban desconectados de la cadena de mando y ninguno fue capaz de cumplir con su cometido el día que estaba planificado, el 19 de julio. Esta falta de organización entre los mandos de los principales acuartelamientos de la capital fue clave para el Frente Popular.
El general Fanjul debía hacerse cargo de la 1ª División Orgánica, sin embargo, acabó instalándose en el cuartel de la Montaña vestido de civil. El cuartel se levantaba justo en la zona del actual Templo de Debod. Intentó comunicarse con el Campamento de Carabanchel, dirigido por García de la Herrán, pero no pudo debido a que las comunicaciones se interrumpieron al ser intervenidas por el Gobierno. Fanjul, en vez de salir con las tropas (unos 150 jefes y oficiales, 1.400 soldados y algunos voluntarios civiles) para tomar los puntos vitales de la capital, simplemente proclamó el estado de guerra y esperó a que llegasen los refuerzos.
Mientras tanto, el gobierno republicano, repartió fusiles a los centros de la CNT y la UGT desde el ministerio de Guerra. El problema fue, que 60.000 de los 65.000 fusiles entregados, no tenían cerrojo, ya que estaban en el cuartel de la Montaña. El coronel Serra, el cual estaba al mando del cuartel, se negó a entregar los cerrojos al ministerio de Guerra, lo que señaló el comienzo de la sublevación militar en Madrid.
La negativa causó que, la tarde del 20 de julio, el cuartel fuese rodeado por tropas reales al gobierno de la República, organizadas por la CNT y la UGT, por la Guardia Civil, y por la Guardia de Asalto, todos ellos armados.
A través de estos periódicos La Vanguardia y el diario Heraldo de Madrid podemos leer el relato de estos sucesos:
A lo largo de toda la guerra, la censura y la propaganda jugaron un papel importante. Así, llama la atención la primera frase del diario Heraldo de Madrid: “además es desleal, es inútil, rebelarse contra la República, porque ésta simboliza la soberanía popular.”
Contraporta de El Heraldo del 20 de julio del 36.
Añado por mi cuenta a este artículo el ejemplar entero de El Heraldo de Madrid que resulta muy ilustrativo de lo que sucedió, con relatos en primera persona y bajo censura gubernamental.
Finalmente, gracias a la artillería y a la aviación de Getafe, que se había mantenido fiel a la acción del gobierno, los milicianos asaltantes lograron entrar en el cuartel, que acabó una masacre de los defensores, que aun que ya se habían rendido, empezaron a ser asesinados cuando se entregaban a los sitiadores, entre los que se encontraba el coronel Serra. Al acabar el día del 20 de julio, más de 200 cuerpos se encontraban tendidos sin vida en el patio.
El patio de armas del Cuartel de la Montaña tras el asalto.
El 15 de agosto, el general Fanjul, fue juzgado por rebelión militar. Tal y como podemos observar en el periódico La Vanguardia, el Tribunal estaba compuesto por once señores magistrados civiles y militares y el fiscal solicitó la pena de muerte. Asimismo, se ven reflejado, de nuevo, los hechos cometidos por el general Fanjul en el cuartel de la Montaña.
Cabe destacar este periódico de ideología antifascista, Abril, que relata los mismos sucesos del asalto a el cuartel de la Montaña, pero con diferentes matices. Así, llama la atención de la utilización de adjetivos como “miserable”, “chulo” e “indeseable” Gil Robles (subrayado en rojo), que demuestran la escasa objetividad de los periódicos de la época.
Por otro lado, se puede ver reflejado en La Vanguardia la “heroica actitud del pueblo de Madrid” y algunas imágenes que muestran, por ejemplo, el interior del cuartel de la montaña.
Otros focos de rebeldía
La mayoría de los cuarteles de Madrid acabaron en un rotundo fracaso como el Cuartel del Pacífico o el cuartel de Infantería de María Cristina.
Lo mismo ocurrió con el intento de sublevación en la base área de Getafe, que fue aplastado por militares fieles a la República, y en los cuarteles de Carabanchel.
No obstante, en Alcalá de Henares una parte de la oficialidad se sublevó dando muerte al teniente coronel Mariano Monterde Hernández y el comandante Baldomero Rojo ocupó los principales centros administrativos, proclamó el estado de guerra y se autonombró jefe militar. Sin embargo, los sublevados no tomaron ninguna acción concreta ni tampoco organizaron la defensa de la localidad.
Consecuencias
La caída del Cuartel de la Montaña supuso un gran éxito frente a la rebelión fascista, puesto que la capital quedó bajo el dominio de la República. La derrota del asalto a Madrid por las tropas rebeldes fue decisiva para poder reorganizar las fuerzas de la capital ya que la posesión de la capital fue algo decisivo para el desenlace de la guerra, puesto que era un importante centro político, militar, estratégico y económico.
Bibliografía
Pflüger, J. E. (23 de septiembre de 2015). El linchamiento de los prisioneros en el Cuartel de la Montaña. Obtenido de El linchamiento de los prisioneros en el Cuartel de la Montaña: https://gaceta.es/blogs/crimenes-del-comunismo/linchamiento-los-prisioneros-cuartel-montana-23092015-2109-20150923-0000/
Vargas, A. (27 de julio de 2014). Las fotografías más dramáticas del asalto al Cuartel de la Montaña. Obtenido de Las fotografías más dramáticas del asalto al Cuartel de la Montaña: http://guerraenmadrid.blogspot.com.es/2014/07/las-fotografias-mas-dramaticas-del.html
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